Ya pasaron los 3 meses completos que decidí tomarme de Licencia Maternidad por el nacimiento de Lucas y ahora se supone que debo estar de regreso como antes.

Qué fácil sería si la práctica fuera tal como la teoría, No?

A 2 semanas de cumplirse los 3 meses de Lucas, pasó todo esto que sigue pasando: una pandemia. El bicho este del Covid-19.

De un día para otro sucedió lo que tú y yo ya conocemos, y nuestro normal pasó a ser cosa del pasado y, con eso, a muchos se nos vino un remolino interno de tener que adaptarnos, de querer entender la nueva situación, de hacer algo, de entender que no se puede hacer tanto y muchos otros cuestionamientos.

Como si fuera suficiente carga para procesar de un día para otro, me vino también la autocrítica al ver lo que está haciendo el vecino y «sentirme mal» de no estar haciendo tanto contenido.
Irónico porque el año pasado dejé listo varios artículos justamente para después de mi licencia maternidad.

Ahora por momentos siento fútiles algunos de los artículos que escribí. Luego no me parecen nada fuera de lugar y aún en otros pienso que es cuestión de ir adaptando poco a poco según vemos cómo se va desarrollando los hechos.

En fin, una mazamorra por querer hacer las cosas bien.

Y, por qué te estoy escribiendo todo esto?

Porque de verdad que quiero compartirte cómo me siento y sobre todo, cómo van las cosas en Velo. Porque sé que confías en mi trabajo, recomendaciones, consejos y no quiero dejarte en el aire por esta falta de participación.

Sucede que por querer hacer las cosas bien, por querer darte un buen asunto para leer y para reflexionar juntas, medio que me paralicé.

Al mismo tiempo estaba queriendo regresar fallidamente a la única forma que conocía para desarrollar asuntos aquí en Velo: en mi escritorio y con mis tiempos.

Y simplemente acepté lo obvio: que no podía y no voy a poder hacerlo como antes.

Ahora soy mamá, quiero criar y educar a mi hijo, acciones que merecen mi tiempo y capacitación. Así mismo también quiero tomar cuenta de una forma, digamos, más protagonista e intencional de mi hogar y familia. Nuevamente, más tiempo y capacitación.

A esto le adicionamos que quiero seguir trabajando en mi Velo porque “Uno es responsable por aquello que cautiva” nos decía Antoine de Saint-Expéry en “El Principito”.

Además de la responsabilidad están mis ganas y mi cariño al escribirte y genuinamente quiero seguir haciéndolo.

Solo que el shock de cómo volver a hacerlo, cómo retomarlo; me paralizó un poco. Y fue durante ese lápsus que me reencontré con las raíces sobre las que Velo creció.

Y la raíz está aquí, en el Blog.

En precisamente el 1er. Blog profesional dedicado 100% a las bodas, al matrimonio, al noviazgo del Perú.

Y hoy también dedicado a la familia.

Al tener que abrir mi blog para postear mi Relato de Pato, me sentí en casa.

Sentí un “Este siempre va a ser tu hogar Pía, no lo olvides.”

Un hogar formado por palabras y párrafos que escribo y leo en voz alta.

Que me hacen escribir y borrar varias veces una misma frase por el bendito qué dirán cuando son justamente esas frases las que terminan calando más en el corazón y mente de mis lectoras.

Ha sido regresando a las raíces de Velo que he comenzado a ver otra vez el rumbo.

Y es esto lo que te quiero decir en esta carta: que el Blog está de regreso.

Con los asuntos de bodas, de su organización, especulaciones sobre qué es lo que va a pasar cuando esta pandemia se vaya esfumando. También quiero hablarte de noviazgo, matrimonio y, por supuesto, maternidad.

El blog escrito está de regreso!

Sentía que debía escribirte esta carta después de tanto tiempo y para situarte en los planes de Velo. Al final, la idea de un blog que es que tenga su audiencia y cuidar con todo el corazón de ella.

Te mando un abrazo!

De verdad que estoy muy feliz que estés aquí.

María Pía

 

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