Falta menos de un mes para el día (en realidad uno de los días) más importantes que voy a vivir en toda mi vida.
En menos de un mes estaré casada legalmente con la persona que más amo y me fascina en todo el mundo.
Con toda esta emoción de por medio, debería estar contándoles sobre los últimos preparativos, tips para vernos más lindas, sobre algunos detalles que darán un toque especial a nuestro día, sobre consejos para escoger el vestido, y cosas así.
Y así la lista podría seguir y seguir. Pero, ¿Dónde está lo que es realmente importante en todo esto de casarse?
Cuando se acerca el gran día, parecen que los últimos detalles se multiplican, que nunca supiste organizar tu tiempo, que todo está atrasado, que nadie ha confirmado su presencia, que de todas maneras te estás olvidando de algo, que todo el tiempo que invertiste en planear fue en vano porque FALTAN TANTAS COSAS.
Así me sentía hasta hace unas semanas. Realmente estresada y ansiosa, por todo lo que estaba por venir y porque sentía que todo lo que habíamos hecho, lo pudimos haber hecho o de otra forma.
Tenía que parar esa psicosis antes de convertirme una bridezilla (confieso que algunas veces lo fui).
Pero no, no paré por cuenta propia cuando debí., sino que el estrés me hizo parar y abrir los ojos.
Llegó a ser tanta mi tensión por el matrimonio + algunos temas extras de familia, que mi cuerpo comenzó a pedir socorro: Unas manchas rojas se fueron apoderando de la articulación de mi brazo derecho.
Como continuaba con esa actitud de querer controlar hasta el mínimo detalle, la ignoré, pero ella no se quiso dejar ignorar.
La mancha comenzó a crecer y crecer, apoderándose casi de toda mi articulación.
Y como si esto fuera poco, comenzó a aparecer una igualita en el otro brazo.
A ese punto, doblar el brazo para tomar agua era una tortura. Sentía un dolor como si tuviera mi piel quemada. Me ardía y picaba al mismo tiempo.
La dermatóloga me dijo que no era en vano que el ramo de Psicodermatología había crecido tanto en los últimos años.
Estas manchas no eran nada más y nada menos que todo mi estrés y todas mis ansiedades manifestándose a través de una alergia en la piel.
Ese fue el choque frontal que tuve que dar para re-pensar en cómo estaba tomando todo lo que debería ser algo rico de estar organizando.
La respuesta era clara: Totalmente mal.
Entonces, aquí estoy yo con más 10 cremas y tratamientos por algunos meses para tratar de mejorar la marca que ahora tengo en mi brazo. Felizmente el dolor y la picazón ya pasaron ¡Gracias a Dios!
Es precioso hablar de decoración, flores, bouquets, vestidos, iluminación, fotos, velos, votos y todos los detalles que hacen que este día sea un sueño.
Pero, te digo que nada de esto debe ser más importante de lo que realmente es importante.
Tú y él. Ustedes dos, su amor, su paz, su alegría, sus planes y su felicidad. Eso es mil millones de veces más importante que todo lo demás. Mil millones!
Entendí que una novia brilla tanto en su día porque está en armonía con ella misma y con el amor de su vida.
Me hubiera gustado entender esto sin llegar a tener que poner en riesgo mi salud, pero te lo cuento a ti para que no caigas en lo mismo, para que te des cuenta (porque sí te das cuenta), te escuches, pares y reflexiones.
Faltan pocos días y mi corazón no deja de sonreír. Y es así como una debe sentirse.
No, no vas a tener todo bajo control, no va salir exactamente como querías, sino muchísimo mejor.
¡Ten una excelente semana!
María Pía