Durante el 1er Workshop de Velo de Vainilla, surgió una duda de una de las participantes: «Cómo hago para que mi novio también se involucre con la organización de nuestra boda?»

Es un tema que lo tengo presente desde que me di cuenta que Daniel, mi esposo, era un caso raro de novio participativo.

Era normal que me pregunten: «En verdad va contigo a las reuniones con los proveedores?», «El fue quien decidió el video y las fotos?» «El tuvo la idea de esas canciones?», «Cómo así se involucró tanto?»

Daniel también tiene un trabajo que lo mantiene ocupado de lunes a viernes por 8 horas a más. Además, también es fanático del fútbol, juega pichangas, varias noches de sábado son de UFC, etc.

Con todo eso, el realmente quiso estar siempre al tanto de los preparativos.

Fue algo espontáneo o tuve alguna artimaña? Seguramente fue una mezcla de ambos.

Les quería compartir algunas cosas que tal vez jugaron a mi favor. Tal vez les sea útil a ustedes también:

 

1. Sin obligar

Creo que a nadie le gusta sentirse obligado a hacer algo, en especial algo nuevo sobre lo que no tenemos mucho control.

Desde el comienzo no establecí unas «reglas de juego», no dividimos quehaceres, ni dejamos que los mismos nos consumieran.

Naturalmente, yo tome la iniciativa de la organización, de comenzar a informarme y le contaba, a manera de resúmen todo lo que iba aprendiendo y sustentaba por qué me parecía interesante e importante.

Esto, le fue dando de a pocos a Daniel una noción sobre los temas a tomar en cuenta e iba ganando su atención.

No recuerdo haberle dicho «Tenemos que hacer esto!» «No puede faltar esto!» (Bueno, tal vez sí pero no al comienzo). Creo que esto hizo que ambos nos vayamos interesando en vez de austarnos y frustarnos.

 

 

 2. Evitemos abrumar

Si nuestro único tema de conversación es sobre la boda, lo lógico es que comencemos a cansar.

Sí que sé que es precioso hablar sobre bodas, los detalles, colores, vestidos, etc. Es de nunca acabar! Pero, estemos presentes para lo demás también. Sería increíble que el mundo haga una pausa por nuestra boda, pero la verdad es que sigue avanzando.

Recuerdo que le decía a Daniel para hablar de otra cosa que no sean las bodas y que me avise cuando estaba siendo muy repetitiva.

Y saben, es justamente cuando estamos en esas otras conversaciones cuando surgen las ideas claves para personalizar nuestro día.

3. Transmitir tranquilidad

Esa viene de Daniel que quiso contribuir directamente con este post.

No es lo mismo expresar nuestro pensamiento de una forma tensa, que de una forma calmada. La forma cómo enfrentaremos la adversidad, en muchos casos depende de cómo la hemos abordado.

Sí, también pensé que es justamente con esa persona con la que deberíamos desahogarnos de vez en cuando, no? Hasta para eso existen formas y técnicas para no dejarnos consumir por la frustración.

Justamente hace unas semanas leí el ABCD de la frustración. Se los recomiendo.

4. Recuerda el por qué

A veces entre tantas cosas por cuidar para que todo esté lindo, se nos pasa el principal motivo por el que estamos haciendo todo esto.

Frustración + frustración = más frustración.

Cuando él se sienta intimidado o no muestre el mínimo interés; creo que es válido decirle por qué están haciendo esto, qué es lo que van a celebrar, por cuánto han pasado para llegar hasta acá.

El día de la boda dura tan poco que vale la pena disfrutar juntos cada etapa de la organización. Y así como en la boda van a estar los 2, es igual mientras organizamos todo.

Espero les haya gustado este post. No estoy tratando de darme aires de consejera ni de que todo lo que les he puesto es la única verdad.

Es lo que a nosotros nos funcionó de forma espontánea y que tal vez pueda ser adaptado al caso de cada una de ustedes.

Besos!

María Pía

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