{ Vida de casada } :: Aniversario de 3 años de matrimonio

¡Hoy Daniel y yo cumplimos 3 años de matrimonio!

Hasta el año pasado me emocionaba reviviendo lo mostro que fue celebrar nuestra boda.

De todas maneras siempre se me va salir la sonrisa cuando me acuerde de ese día, pero en este aniversario de 3 años de matrimonio estoy sintiendo un poco diferente esa emoción.

Porque me siento mucho más encantada con nuestro día a día, con nuestro departamentito, con nuestros planes, con nuestro día a día que ya dije.

Estoy enamorada hasta el tope del lunes mega ordinario que tenemos y los martes, miércoles y jueves que nos carcajeamos con Bento y que renegamos porque SIEMPRE se nos pasa algo que teníamos que hacer.

Me fascina que veamos juntos qué fotos vamos a imprimir para la sala, qué haremos el fin de semana y nuestros desayunos en casa o conociendo algún lugar lindo.

Siento un amor profundo por mi esposo. Es difícil de explicar que ahora ese amor tan profundo se siente como más liviano, más peso pluma. No sé, es raro de explicar.

Hoy de todas maneras nos vamos a acordar del 25 de octubre del 2014. De cómo conseguimos llegar hasta ese día (amor a distancia, conocerse en Disney, reencontrarse en Cusco, mudarme a Rio, etc.) y agradecer a Dios por seguir juntos, con salud y rodeados de amigos y familia que amamos.

Hoy nos vamos a acordar de los momentos inesperados del día de nuestra boda. Esos que no entiendes cómo así pasaron y que, si pudieras retroceder el tiempo, no los moverías por nada.

Algunos de esos quiero compartirte en este post.

Porque este aniversario, nuestro matrimonio ha hecho que de alguna forma tú y yo estemos en contacto, que nuestras vidas se hayan cruzado (¡para bien, espero! 😉 )

Ese regalo indirecto también lo festejo hoy y los próximos aniversarios que, si Dios quiere, vendrán.

Estos son los momentos mate de risa que pueden pasar en un solo día. La espontaneidad de hacer un evento sin ensayos y juntando a tus más queridos rinden situaciones como estas:

 

1. ¡No les creo que no me trajeron mi espumante!

Mini momento bridezilla que fui capaz de controlar.

Estaba segurísima que mis amigas me llevarían algo para brindar. Un Pisco, una cerveza lo que sea para brindar entre mujeres que estaba por casarme. Ya si es un espumante, ¿Mejor no?

Romi me mal acostumbró. Ella llevó uno para el brindis mientras nos arreglábamos para la boda civil en Rio.

La realidad es que tus amigas están tan ansiosas como tú y tienen permiso para olvidarse de uno que otro detalle y más si es que no se los has mencionado.

Pero, amigas son amigas y se fueron volando a comprar un espumante al grifo más cercano y tuvimos uno de los brindis más amorosos a salud de Daniel y mía.

Consejo: Dile o mejor deja por escrito lo que quieres que tus amigas y familia hagan en especial. Ellas no son Wedding Planners que saben estar precavidas y se adelantan a que no te falte nada.

Si algo se les pasó es solo hacer esta ponderación: ¿Esto impide que se de mi matrimonio? Si la respuesta es no, sigue adelante y disfruta.

 

2. Mi tiara con antenitas

La tiara fue mi «algo prestado» de mi Tía Mirella.

La quise usar más como una coronita por lo que algunos de los diamantes, en vez de ir parados, tenían que estar echados.

En la pruena de peinado fue así, esos diamantes estuvieron echados.

Pasó que mi madre estaba tan nervios que el día anterior se le ocurrió dar la última limpiada y levantó toda esa parte.

Esto hizo que parezca que tena unas antenitas que, confieso, me fastidió cuando me vi en las fotos.

Ahora la fastidio a mi mamá de cómo ella, siendo lo estética que es, no se dio cuenta 😉

 

 

3. ¿Cuántas personas se necesitan para poner un velo catedral?

Era la cosa más sencilla del mundo y que ya habíamos practicado y re-practicado el día de la prueba de peinado.

Pero, nuevamente mi madre y sus nervios, se bloqueó y simplemente mandó a mis amigas a que POR FAVOR graben, tomen fotos y entiendan lo que es poner un velo catedral en una novia.

En serio, los nervios de ese día son… ¡No hay que dejar ni un hueco!

 

4. El Rosario que iba a usar junto con mi Bouquet se rompió

El Rosario de la foto es uno de Fátima – Portugal, que la abuela de Daniel me dio.

Una belleza y justo blanco para usarlo junto a mi bouquet.

De la nada -prometo que no hice nada- se rompió cuando faltaba poco para salir del carro con mi papá.

Rápidamente mandé a que ubiquen a mi madre para que me dé el suyo. Porque, en evento en el que esté, situación en la que esté, ella está con un Rosario extra.

Podía haberlo firmado cuando dije que la llamen.

Y así fue, mi mamá me dio su Rosario y entré con él.

Ahora soy yo la que siempre tiene uno consigo 😉

 

5. Mi invitada de honor que casi no llega

Foto: Esteban Nakano

Les he compartido mi devoción a la Virgen de Fátima. Ella era nuestra invitada de honor.

Solo que, por los nervios y por no llegar tarde, los Hermanos simplemente se la OLVIDARON.

Por eso demoré un poco en entrar, para dar tiempo a que la traigan.

 

6. Mi vestido mal cortado

Foto: Esteban Nakano

No quise que me levanten el vestido para la fiesta porque el tul era una cosa de locos.

Así que, decidimos que cortaríamos el excedente de tul para que quede al ras para la fiesta.

Solo que, otra vez los nervios, mi madre y tía casi me hacen un vestido década de los 80’s porque las pobres tuvieron que cortarlo prácticamente a oscuras.

Moraleja: dile absolutamente TODO a tu Wedding Planner, hasta estos detalles para que tengan una linterna en caso sea necesario.

 

7. El sombrero de Renato

Nuestro amigo brasilero Renato que fue a Lima por nuestra boda, no tuvo mejor idea que ir con un sombrero estilo Panamá a la fiesta.

Ese sombrero aparece subliminalmente más o menos en el 45% de las fotos. Nuestro álbum de matrimonio tendrá de yapa un «Buscando a Waldo» cuando comience la fiesta.

Paro en 7 porque en verdad hay varias 😉

¡Gracias por leer hasta aquí! Y en caso quieras recordar un poquito más lo mostro que la pasamos el día de nuestra boda, aquí está el trailer de nuestro matrimonio.

Cuéntame en los comentarios si seguías a Velo de Vainilla desde esa época, me encanta saber cómo nos hemos llegado a contactar.

Y que pase un año más y uno más y tantos más y que pueda seguir compartiendo la belleza que es el matrimonio en Velo de Vainilla.

¡Besos!

María Pía