La ruta para llegar a definir el vestido de novia que queremos para nuestro matrimonio, no es fácil para muchas. Ya con solo pensar que es uno de los vestidos más importantes de nuestras vidas, los nervios automáticamente saltan.
Al final, y lo digo con toda la convicción, todas encontramos el modelo que amamos, que va con nosotras, que nos hace sentir hermosas y cómodas. Todas.
La figura puede tener unas variantes a más cuando la novia sabe o descubre su embarazo en el proceso.
Creo que actualmente este no debe ser un gran motivo de preocupación. Cada vez más los profesionales de cada campo están más especializados y más conscientes de los nuevos detalles que pueden ocurrir.
Teniendo esto en mente, siguen unos consejos cuando decidamos que es momento de comenzar a ver los vestidos para nuestro matrimonio cuando se está en pleno embarazo:
1. El vestido que amas
Sé fiel a él, no lo descartes. No creas que perdiste la oportunidad de usarlo.
Temores de este tipo pueden suceder si es que no contamos con la opinión de un buen profesional. Que, para casi todos los pasos de la organización de la boda es esencial.
Si has decidido que el vestido que usarás será comprado en una tienda de vestidos de novias, sé clara con el asesor o asesora que te acompañará en el proceso de prueba. Ten de antemano en papel todas las dudas que podrían surgir (esto lo comentamos en el primer post que les compartí 😉 ) y es momento de ponerlas sobre la mesa.
Vean juntas, tu y el profesional, los posibles cambios que deberán ser hechos al vestido a media que transcurra la gestación. Sean conscientes de que serán posibles y traten de agendar las pruebas.
2. Mi vestido será a medida
Si eres de las que estás acostumbrada a mandarte a hacer vestidos, debes estar familiarizada con el proceso de cambios que estos merecen. Particularmente, pienso que mandar a hacer el vestido estando embarazada, cubrimos con más espacio los ajustes que se deben hacer y sacarle ventajas, como: Elegir un tipo de forro que le haga cariño a nuestra piel, poner un cierre en vez de botones para facilitar la puesta y sacada del vestido, etc.
3. Detalles del vestido
«Todo está en los detalles»
Frase que siempre acaba llegando a nuestros oídos. Siento que cuando veo un vestido de novia en una mujer que está embarazada, los detalles de este se me hacen más lindos a la vista.
No temas jugar con un cinto arriba de la panza, manguitas de encaje, una espalda con bordados, un poco de brillo, etc. Todos estos detallitos no van a afectar a la comodidad del look.
4. Los zapatos de novia
He visto a mujeres embarazadas que usan tranquilamente tacos altos. Otras que no se pueden permitir tal lujo.
Los zapatos con parte importante del look: Nos darán la postura, la elegancia para lucir nuestro vestido.
Si tenemos que someternos algo y sacrificar algún gusto, que sean en los zapatos. Poco vale llevar el modelo de zapatos más hermoso que hayamos visto, si cuando los usamos en vez de estilizarnos, hace un efecto contrario.
Zapatos = buena postura. Lo que va de la mano con comodidad. Este debe ser el requisito que encabeza la lista.
Estar de novia y embarazada es una doble bendición! Y tú la mujer más hermosa por dentro y fuera al decidir dar ese doble paso.
Siéntete segura que te verás guapísima y que disfrutarás de uno de los días más bellos de toda la vida.
Un beso!
María Pía