En el post que les contaba lo fácil y valor que da componer una toma, les dije que había un elemento que hacía que la foto que amo tanto, sea un de mis favoritas.
Ese elemento es la sonrisa.
Durante la preparación para nuestra boda una se cruza con cientos de tratamientos que te deberías hacer para llegar más linda al altar.
Les mentiría si les digo que no me hubiera querido engreir y hacer unos cuantos, ya sean masajes, faciales, hidrataciones de pelo, etc. Pero, esta novia con un presupuesto real, tenía que priorizar en este punto.
Entonces, lo que hice fue seguir siendo perseverante con mi rutina diaria de cuidado de piel, deporte y alimentación. Nada fuera de lo común.
Sin embargo, me pareción importante invertir en mi sonrisa. Al final, es imposible que la novia no muestre lo feliz que está, verdad?
Ya se imaginan lo que fue para que esta persona que ama un espresso mientras lee su libro, no tener que tomar café durante el tiempo del blanqueamiento?
Al final, creo que valió la pena y muchísimo. Una sonrisa potenciada con unos dientes saludables y blanquitos (nada exageradamente blancos tampoco), creo que hace que el maquillaje se vea más lindo y te sientas más segura de que estás preciosa. En mi caso fue así.
Pienso que una sonrisa tiene el poder de transmitir mucho. También creo que no hay nada tan radiante que la sonrisa de una novia feliz de estar a punto de cumplir su sueño.
Es por eso que si me preguntan qué inversión de estética vale la pena hacer, sería en una sonrisa saludable.
Estamos hablando de una sonrisa, de la expresión corporal de algo que nos gusta, de algo que nos toca. Embellecer esa demostración espontánea alguna vez en la vida, creo que pasa lejos de querer ser vanidoso o vanidosa.
Alguna se ha hecho un tratamiento de blanqueamiento antes de la boda?
Besos!