El domingo pasado terminé de leer Frankenstein y ahora estoy pasando por la nostalgia de haber terminado un libro que quería leer hace años y que realmente disfruté.

En un intento de no dejarlo ir, como si la huella de lo leído se fuera a esfumar de mi mente, sigo recordando las partes que más me marcaron, he escrito en una hojita lo que más me desafío para reflexionar y la he dejado adentro de él, he comentado con amigas y escuchando un podcast sobre Frankenstein.

Es más, hasta hice un artículo inspirado en una parte del libro. Léelo aquí.

Hubo una idea sutil que me dejó reflexionando.

Una idea que leí también leí en el libro “Stolen Focus” y, para rematar, hace unos días encontré mi «Guía Honesta de la Novia» en la que recomendaba sobre esta idea que había leído en estos 2 libros.

Me refiero al devaneo mental.

A no estar solo pensando y estudiando una misma idea de interés. A la importancia y la necesidad que tienen la inteligencia de dejar a la mente suelta para que ”pierda tiempo”

1.A qué me refiero con devanear

Johann Hari en “Stolen Focus” comparte la desesperación que sentía al ver a personas en viajes de tren que se pasaban horas simplemente mirando por la ventana sin hacer nada.

¿Cómo pueden perder tiempo?

¿Cómo no aprovechan estas horas para trabajar?

¿Cómo pueden tener la tranquilidad de tomarse el tiempo de no hacer nada?

Era una angustia disfrazada de envidia porque él quería tener esa misma paz interior que le permitiera “perder tiempo”.

Esa parte del libro me hizo acordar a las veces que he podido viajar a algún pueblo del interior de Lima o de Río de Janeiro y ver la típica escena de familias sentadas en sus sillas afuerita de sus casas.

O de una persona mayor simplemente sentada en su silla afuera de su casa mirando.

Nada más que mirando. A ese devaneo me refiero.

En nuestra vida moderna se encajaría más como un “no hacer nada” durante los entretiempos que tenemos en el día:

Durante la espera en una sala de espera

No hacer nada más que lavar o colgar la ropa

No hacer nada más que caminar cuando tenemos que caminar

Johann sentía desesperación por esas personas que no aprovechaban el tiempo para hacer “algo más importante”.

Y aprovechar esas actividades mecánicas para ir escuchando una clase o un podcast.

2.Tiempo de devanear

En una parte de Frankenstein, uno de los personajes se queja porque no tenía “siquiera el tiempo mínimo para devanear”.

En otras partes en el libro se escribía sobre ir a devanear como si fuera un tiempo reservado para la actividad de no pensar en nada mientras no se hace nada.

Me pareció curioso cómo a finales de los 1800 el devaneo era necesario y cómo las personas eran capaces de recoger los frutos de devanear.

Alguien podría pensar que antiguamente se devanaba porque se tenía tiempo o porque no se tenía tanto que hacer o que no habían tantas cosas importantes para hacer como hoy.

O porque no había tanto para aprender como lo hay hoy.

La realidad es que devanear es necesario y creo que las personas de aquella época, tal vez porque tenían menos estímulos intrusivos de nuevas tecnologías, se daban cuenta fácilmente de los beneficios de dejar la mente libre.

3.La inteligencia necesita del devaneo

Nathan Spreng, profesor de Neurología y Neurociencia de la universidad de McGill en Quebec y el profesor Jonathan Smallwood de la Universidad de York en Inglaterra, son quienes han estudiado el devaneo con mayor profundidad y las conclusiones que han ido llegando son interesantes:

Devanear da noción del mundo de manera lenta

Al dejarle espacio a nuestra cabeza para que devanee, en realidad lo que estamos haciendo es darle espacio para que conecte lo que estamos prestando atención ahora con otras memorias y así crear nuevos pensamientos que se pueden traducir en opiniones y criterios de vida.

Nathan y Jonathan descubrieron también que mientras más respetes tus momentos de devaneo mental, te vuelves más eficiente al definir metas personales por el hecho que estás dándote permiso de entender el mundo de forma lental y dejando a tu mente que trabaje sin que tu misma le digas que tiene que trabajar exáctamente en eso.

Tu cerebro solito va encontrando la respuesta.

Cuando la mente divaga crea nuevas conexiones

“La creatividad no es cuando creas algo nuevo, es cuando el cerebro hace una asociación entre 2 cosas que ya estaban allí”.

Por eso buenas ideas surgen cuando estás dando un paseo o bañándote: porque la mente con espacio puede hacer nuevas conexiones.

Tu cerebro ya registró el problema que hay para resolver y no solo lo recuerda  cuando lo traes propositalmente a la conciencia, sino que va buscando las conexiones para resolverlo a pesar que no estés pensando en el problema.

 Viaje por el tiempo

Cuando dejamos que la mente divague, la mente suele hacer un viaje por el tiempo pasado y presente, así mientras viaja por el pasado va previniendo lo que puede pasar en el futuro sin la tensión de solo estar enfocados en el problema, sino de una forma amplia y lenta.

Una conclusión alucinante a la que se llega es que la divagación mental no es una pérdida de tiempo, es mas bien una forma natural de prestar atención y solución de problemas.

4.Tener conocimiento para ajustarlo en nuestro día a día

Mi intención con poner este tema sobre la mesa es que puedas usar esta información y la adaptes a tu realidad.

Yo también aprovecho momentos de trabajos mecánicos para escuchar un podcast, un video o una clase, pero también soy consciente de la importancia del silencio de no hacer nada y simplemente me dedico a solo hacer lo que tengo que hacer y no inflar mi cabeza con tanta información que voy a ser incapaz de procesar.

¡La mente necesita espacio!

Con mi trabajo en quiero ayudarte a que seas una mujer más inteligente y más interesante mediante el contenido que te comparto y mis clases.

Pero, ¿Cómo vas a serlo si no respetas la forma cómo aprendemos y pensamos?

Quiero que estés al tanto de lo que publico, que consumas mi contenido, que compres mis clases; pero de una forma que sea saludable.

La inteligencia necesita de los devaneos, de la lentitud, del ver, del contemplar, de estar.

¿De qué vale la calidad de contenido que te puedo ofrecer si no respetas tu forma de aprenderlo?

Por eso date espacios, pierde tiempo, si ya aprendiste algo en la mañana no tienes que llenarte de más aprendizajes en lo que resta del día.

Así como en el vestir, la inteligencia también prefiere menos a más.

Calidad a cantidad.

Te propongo que durante 1 semana pierdas tiempo. Que seas menos aprovechada de tiempos muertos y dejes a tu mente de devanee.

Aquí entre nos, qué feo referirnos a momentos de nuestra vida como tiempos muertos, ¿No?

Si lo haces, me escribes un correo detallándome los cambios.

Lo puedes escribir a mariapia@velodevainilla.com

O dejar tu comentario aquí abajo de este artículo.

Como siempre, te espero en el after de los comentarios!

Un abrazo,

María Pía 


10 comentarios. Dejar nuevo

Querida Pía!
Que buen material!!!

Creeme que para una hiperactiva, devanear es un desafio, pero te confieso que a vezes devaneo en mis pensamentos/sueños, cuando estoy en un lugar en el que debo estar y que no me ofrece nada que me interese, voy encontrando soluciones a ciertos aspectos pendientes de mi vida. (Claro que casi siempre se lo atribuyo al Espírito Santo) pero si me ha pasado.
Cuando hago una caminata, cuando voy en autobus, trato de observar a la gente. Hoy en la dia la gente no levanta la cara ni cruza miradas. Por eso, mi devaneo incluye ver a la gente y si la veo con tristeza, rezo por ella, para que el Senhor la consuele.

Gracias por poner en la mesa temas tan importantes.

Un abrazo grande Pia
Santo Domingo.

María Pía Moreno Vásquez
4 junio, 2025 7:57 PM

Maritza,

Puedo imaginar lo desafiante que es! Cada una de acuerdo a su particularidad. Creo que es bueno hacer la reflexión de dejar ese espacio en «blanco» que llenarlo con más estímulos, me entiendes?

Puede ser el Espiritu Santo, puede ser fruto de la imaginación, solo Dios sabe! Sea que fuere, es en ese silencio cuando se manifiesta la imaginación dada por Dios y los oídos están atentos a su soplo.

Gracias por comentar!

Pía, gracias por ayudarnos a ser mejores cada día ✨

María Pía Moreno Vásquez
4 junio, 2025 7:57 PM

De nada, Alejandra!

Feliz que te haya gustado este artículo!

Buenas noches , Pia !

Gracias por este enriquecedor artículo y propuesta interesante , estaré regresando dentro de una semanita para decirte los cambios que pude obtener dejando a mi mente que devanee. 😌✨

María Pía Moreno Vásquez
4 junio, 2025 7:59 PM

Mira! Me cuentas qué tal te fue, Julia!

Muy feliz que te haya sido útil.

Qué bonita reflexión. La verdad, en estos tiempos, es casi imposible el no perdernos en las redes/videos en cada «tiempo muerto» del día. Esa costumbre de no dejar nuestra mente libre un rato. Salgo a la calle, música mientras camino apurada al paradero. En el bus, más música. Llego a casa, ver videos. Y así de rápido se pasa la semana, meses,etc. Aún leo libros pero ya no uso el tiempo como antes en sentarme un rato y escribir en mi Diario/Libreta sobre frases que leí, escribir mis favoritas o parar un momento a disfrutar pensarlas y recrearlas sin distraerme. Incluso antes paraba a escuchar un CD de alguna banda favorita. Solo a escucharlos canción por canción de sus álbumes, el formato hacía que lo hagamos así. No como fondo de otra actividad, mientras pienso en lo que tengo que hacer al bajar (lista de compras, etc), o estando sobre estimulada en la calle o en el micro tratando de no ser aplastada por otros o buscando asiento. Y son cosas que valen la pena. Pienso en mi esposo que si suele hacerlo, me lo comenta y siempre hace nuevas reflexiones en muchas cosas, y eso siempre me hace verlo interesante y admirarlo. Gracias Pía, vale la pena esta reflexión, como siempre das lindo contenido <3 .

María Pía Moreno Vásquez
4 junio, 2025 8:02 PM

Qué bien que te hizo sentido, Sandra!

Es que sí, si no paramos estamos inflando nuestra cabeza frenéticamente. Ni la dejamos digerir lo que acaba de ver/escuchar/leer.

Es mucho. Es como estar enchufados siempre.

Poco a poco, creo que cada una puede hacer sus cambios según lo que van necesitando.

Qué interesante, no sabía que hasta existía un verbo para el «no hacer nada». Yo suelo tener esos ratos cuando plancho o lavo los platos, pero es cierto que cada vez más estoy tentada de aprovechar esos tiempos para escuchar podcasts… Y no me había dado cuenta de lo que me estaba perdiendo. Y sabes que luego me pasa que a la noche no puedo dormir porque la cabeza me trabaja mucho en todas las ideas que tengo dando vueltas. Ahora me doy cuenta de por qué puede ser.
Lo voy a poner en práctica, gracias!

María Pía Moreno Vásquez
4 junio, 2025 8:03 PM

Mariana, has dado en el clavo: en la noche no se agarra el sueño.

Es como cuando se come mucho y da una indigestión. En el caso del cerebro necesita estar «prendido» para procesar, recordar, ordenar.

Así como el estómago, el cerebro tiene un límite saludable.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *